¿Alguna vez se han cuestionado qué significa ser un “hombre de verdad”? Lo más probable es que su pensamiento se vaya a la forma tradicional en la que debe comportarse un hombre, o bien, la masculinidad hegemónica. Misma que dictó por años que los hombres podían ser los únicos proveedores de una familia, que eran violentos por naturaleza y con impulsos sexuales incontrolables; pero esa idea de lo que representa un hombre se ha ido cambiando y moldeando con el paso del tiempo. En el presente, la masculinidad hegemónica no es aceptada de la misma manera.
Se ha visto a través de la evolución del ser humano que es más dañino para todos cuando ese comportamiento del hombre estereotípico se hace presente. Como solución a esta problemática social, se está promoviendo la cultura de la masculinidad sana. Esta conlleva una serie de cambios en la forma de actuar de los hombres que se basa en la eliminación de la cultura de desigualdad.
Tener una relación entre géneros que no esté fundamentada en la igualdad implica que siempre hay alguien que tiene poder sobre el otro, en este caso del formato hegemónico, el hombre es el que se posiciona sobre la mujer. Pero es justo esa jerarquía social la que ha llevado a cerrar muchas puertas de libertad de expresión para los hombres. La presión de siempre tener que representar un aspecto físico que encaje dentro del molde de lo conocido como “masculino”, el tener que esconder sus sentimientos para no aparentar ser débil y la constante necesidad de estar compitiendo con otros son aspectos que ya no son aceptados socialmente como lo “correcto” o lo que “debe ser”.
Cada vez más vemos la expresión personal como una prioridad a tratar en el camino del cuidado personal. Acudir a terapia es un tema que vemos creciendo como parte de las conversaciones entre conocidos; la percepción que se tenía anteriormente de que tener ayuda psicológica significaba que había algo mal en nuestras cabezas se ha ido difuminando al grado que es más raro aquél que no la tiene. Pero es así, con la ayuda terapéutica, que los hábitos formulados desde la infancia se van deconstruyendo junto con los estándares de lo que debería ser un “hombre verdadero” para que todos puedan llevar a cabo una vida de libertad.
Como dice la ilustradora mexicana Mar (@marmarmaremoto) “Mostrar tus sentimientos es muy punk”. La tendencia social ya no es una que se base en la eliminación de toda emoción para verse más fuerte y resiliente; sino una que abraza tener los sentimientos a flor de piel al grado de que la vulnerabilidad ayuda a generar una conexión más trascendente, y sana, intra e interpersonal.
