La versatilidad de los jeans ha hecho que cada persona tenga más de un par en su armario. En el mundo se venden alrededor de 60 pares cada segundo, generando una industria tan grande que se ha convertido una parte inherente a la moda y al diseño. Aunque sus orígenes en Europa en 1880 nos puedan parecer remotos, la evolución de su historia nos permite comprender la razón de su trascendencia y su lugar en el futuro.
La primera aparición de la mezclilla fue en Francia, hace dos siglos, en las fábricas de los obreros quienes estaban buscando una tela que les permitiera trabajar de manera más cómoda. Su origen, aunque humilde, es el principio de una historia que acompañó a los líderes culturales del siguiente siglo, pasando de las fábricas a las pasarelas de las marcas de lujo.
Al cabo de unos años, su llegada a Estados Unidos fue bien aceptada por los trabajadores de ese país. Los obreros de granjas también empezaron a usar la tela por la durabilidad que ofrecía y funcionó como un aliado del trabajo duro. Con el tiempo, los jóvenes adoptaron a los jeans como una prenda de uso diario, y con ello, llegó la primera revolución de la mezclilla, saliendo de las fábricas y las granjas y adentrándose en los closets de la gente.
Su primera visión en la pantalla llegó con John Wayne o Gary Cooper y la fama de las películas western que utilizaban a los jeans como una representación de la sociedad de la época. Y fue precisamente en la década de 1930 que Vogue les dio el sello de aprobación al catalogarlos como ‘western chic’ y haciendo que cada vez más personas, incluso aquellas que se habían mostrado escépticas de la tela, voltearan su mirada y encontraran la versatilidad que la mezclilla ofrece.
Con el ascenso de los actores de los años 40 s y el estatus de celebridad, personajes como James Dean o Marlon Brando incorporaron la mezclilla a su imagen de bad boy que sólo hacía que las generaciones jóvenes también portaran un par con la idea de parecerse un poco más a ellos. En la imagen general no sólo veían a los actores más famosos de la época, sino que presenciaban la personificación del concepto de libertad: “James Dean montando una motocicleta sin un rumbo fijo”.
Este concepto trascendió fronteras y se mostró como una bandera de la contracultura del siglo XX. Las protestas hippies en contra de la guerra estaban manchadas del azul de sus pantalones y los conciertos de rock se sostenían sobre ellos. Robert Plant –cantante de Led Zeppelin– y sus jeans (que apenas cubrían su cadera y se extendían anchos sobre sus pies) lo convirtieron en sinónimo de rebeldía y sex appeal, y cada vez eran más las instituciones escolares que prohibía el uso de jeans en sus aulas, reafirmando así su posición como un estandarte de la rebeldía y osadía juvenil.
Fue alrededor de esta época que los grandes diseñadores de la época se mostraron cada vez más interesados en incorporar la mezclilla a sus colecciones. Incluso el célebre diseñador francés, Yves Saint Laurent, se mostró fascinado por los jeans, diciendo: “Lo que más lamento es no haber inventado los jeans. Es la prenda más espectacular, práctica y casual que jamás haya existido. Incluyen personalidad, sex-appeal y sencillez”.
Este interés solo hizo que la élite neoyorquina llenará el mítico Studio 54 de azul,. Potenciando la fiebre americana por los jeans, creando una cadena que provocaría que American Eagle Outfitters construyera un imperio basado en la mezclilla y continuara con la creación de su legado cultural.
Fue en los 90s cuando los jeans tuvieron su entrada triunfal a la alta moda, encontrando un lugar privilegiado en diversos desfiles de alta gama. Y ocupando los grandes espectaculares acompañados de Brooke Shields o Kate Moss. Así mismo, como cualquier otra pieza ícono que llega para quedarse, su lugar en el inicio del streetwear en la misma década fue igual de relevante. Los raperos de la época comenzaron a usar los baggy jeans como parte fundamental del mensaje del sentir social que su música expresaba y fueron cantantes como Tupac, The Notorious B.I.G o TLC que siempre se mostraban en un par de jeans.
Para al inicio del nuevo siglo, su privilegiado lugar en los armarios de todo el mundo ya era un hecho. Fue en esta época que su exploración creativa comenzó de manera imparable y llegaron a las alfombras rojas de los eventos más importantes en la industria, como en los American Music Awards con Britney Spears y Justin Timberlake usando su memorable canadian suit, o Kanye West y su jeans azules en el MET Gala.
Las marcas siguen confiando en la mezclilla y su futuro para la continua exploración sobre lo que esta tela nos puede ofrecer. Una de esas marcas, que inició en 1977 y su relevancia cultural sigue vigente, es American Eagle que fiel a la versatilidad de los jeans, continúa rompiendo las barreras de la mezclilla y ofrece pantalones para todos los géneros y todas las edades.
Un paso por sus tiendas evoca el espíritu americano de las raíces de la mezclilla y su ropa funciona como un lienzo en blanco para todas las personas que llevan su estilo personal a sus tiendas, para encontrar un altavoz propio que ayude a engrandecer la cultura de los jeans como un acompañante de todos. Con ello, American Eagle mantiene sus raíces en la historia, pero con una visión del futuro de la mezclilla y la industria de la moda que nos permita seguir imaginando una idea sobre el diseño, la moda y el estilo.