Antes de comenzar este artículo, queremos que hagas un ejercicio mental para que tenga sentido lo que te vamos a decir al final. Es importante hacerlo con honestidad, te prometemos va a cambiar tu forma de pensar ¿Estás listo?
En toda tu vida…
- ¿Cuántas veces te has quedado sin hacer algo por miedo a lo que los demás digan?
- ¿Cuántas veces te has tenido que limitar a decir algo porque ya sabes cómo van a reaccionar los demás?
- ¿Cuántos momentos de felicidad te has perdido por seguir las ‘reglas’ de la sociedad?
- ¿A cuántas personas has tratado de impresionar en tu vida?
- ¿Realmente estás haciendo lo que te gusta?
- ¿Tu día a día está pensado en lo que quieres para ti, o en lo que los demás quieren para ti?
- ¿Tus vicios se generaron por las personas que te rodean o tú los elegiste?
- ¿Has pensado que podrías tener un círculo social mejor pero no te atreves a salir de él?
- ¿Te has dado cuenta que alguien a tu alrededor no es bueno para ti pero no has podido quitarlo de tu vida?
- ¿Cuántas veces te has quedado en la misma situación por miedo a salir de tu zona de confort?
Si te ha costado contestar estas preguntas, tienes que saber que es normal no aceptar nuestros propios errores. La mente a veces puede llegar a ser nuestra enemiga, creando resistencia a este tipo de ejercicios. La resistencia es un factor muy común, creemos que no merecemos lo que tenemos, que no somos capaces de hacer lo que queremos, que nos falta estar ‘más preparados´ para lograr nuestros planes o simplemente al escuchar nuestros errores evadimos la situación por completo para no trabajar en eso (inconscientemente).
Esta resistencia puede llegar a ser nuestro peor obstáculo para cumplir lo que queremos, pero al mismo tiempo puede ser nuestro motor para ser mejores. ¿Y cómo? En el libro Atrévete a no gustar de Ichiro Kishimi menciona cómo las personas tomamos decisiones acerca de nuestro estilo de vida en todo momento. Justo en este instante, mientras conversamos, estamos seleccionando el nuestro. Te puedes describir como una persona infeliz y decir que quieres cambiar, incluso afirmar que querrías volver a nacer como una persona distinta. Y, después de todo eso, ¿Por qué sigues siendo incapaz de cambiar? Porque sigues tomando la decisión de no cambiar tu estilo de vida, de dejar que los demás dictaminen cómo tienes que vivir tu vida.
Es triste saber que muchas personas se han ido de este mundo sin lograr hacer lo que realmente les gusta, que nunca lograron sentirse plenos en su día a día, siempre esperando ser lo que los demás quisieran que fueran. Pero es aún más triste saber que a la mayoría (si no es que todas las personas) no les importa para nada lo que estás haciendo en este momento. Vivimos en una sociedad obsesionada, donde la mayoría vive en su propia burbuja. Probablemente no piensan en lo absoluto en ti, o en lo que hiciste, o en lo que harás. Lo cual es una gran noticia.
No es su vida, es tuya. La verdad es que nadie tiene porque meterse en lo que tú quieres o inclusive opinar de tus decisiones porque, así como tu eres libre de hacer lo que te haga feliz, ellos también. Lo que es bueno para alguien más, podría ser lo peor para ti. Lo que a una persona le parecería un logro, a ti te puede parecer algo común. Todos somos individuos únicos, la opinión de la gente es completamente irrelevante. Lo único que te va a hacer sentir mal es estar preocupadx por lo que las personas piensan de ti. Nunca llegarás a donde realmente quieres en la vida si escuchas las críticas de los demás, y aunque estas a veces nos pueden ayudar a ser mejores, es imposible complacer a todos.