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Barbie: La princesa y el Trastorno Dismórfico Corporal

Barbie: La princesa y el Trastorno Dismórfico Corporal

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La película de Barbie protagonizada por Margot Robbie es una de las adaptaciones a la pantalla grande más esperadas de este año y sin duda, el tráiler nos ha generado mucha expectativa sobre esta nueva cinta. No cabe duda, que por décadas, las Barbies se han convertido en un elemento crucial de las infancias, no obstante, “ser lo que quieras ser” pareciese que sólo es posible si tienes una cintura diminuta; incluso, existen estudios que revelan que estas muñecas han dejado mucho más que horas de diversión, pues han contribuido a promover ideales sobre el cuerpo femenino, estallando en un problema de salud pública. 

 

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De acuerdo con los resultados del trabajo de Lynda Boothroyd, profesora y directora de investigación en el departamento de psicología de la Universidad de Durham en el Reino Unido, se revela que las niñas de entre 6 y 8 años de edad que juegan con muñecas ultra delgadas como Barbie, presentan una alterada percepción sobre los ideales corporales, provocando insatisfacción sobre su propio cuerpo. Esto resulta preocupante, pues es durante la etapa de la adolescencia, cuando las tasas de desórdenes alimenticios aumentan. Algo que de forma similar ocurre con los cuerpos de las princesas de Disney. Y es que el problema está en vender una idea en donde hay “sólo una manera correcta de ser”; que un cuerpo debe tener una determinada forma para ser atractivo. 

Si un adolescente presenta síntomas como una obsesión por su apariencia física, realiza críticas exacerbadas respecto a pequeñas imperfecciones y experimenta gran angustia a causa de ello, puede ser señal de Trastorno Dismórfico Corporal (TDC).

Este trastorno es un desorden de la salud mental estrechamente relacionado con el Trastorno Obsesivo Compulsivo en el que una persona cree que tiene una imperfección tan grave que le causa angustia. Si bien, una persona puede sufrir de TDC a cualquier edad, usualmente los síntomas aparecen entre los 12 y 13 años de edad. En caso de no ser atendido, esta afección puede desencadenar trastornos alimenticios y pensamientos suicidas. De hecho, del 24% al 28% de las personas diagnosticadas ha intentado suicidarse, mientras que el 80% ha teñido pensamientos suicidas. The Alliance for Eating Disorders Awareness reportó en 2016 que, a nivel mundial, existían alrededor de 70 millones de personas sufriendo de algún trastorno alimenticio como bulimia o anorexia, siendo el 90% de estas personas mujeres jóvenes entre 12 y 25 años de edad. 

Tengamos presente que las proporciones de las muñecas Barbie son completamente incorrectas, tanto que sería imposible para una persona real, con esas medidas, poder caminar, esto de acuerdo a Medical Daily. A pesar de ello, hoy existen personas que aún buscan a toda costa parecerse a la muñeca más famosa de la historia, poniendo en riesgo su salud y gastando grandes cantidades de dinero en el quirófano.

El Trastorno de Dismorfia Corporal también puede llevar a la persona a desarrollar una adicción por la cirugía plástica, en dónde compulsivamente se altera la apariencia, creyendo que las modificaciones físicas podrán eliminar la percepción negativa que tienen de sí mismxs. Lxs pacientes que sufren de este trastorno tienen expectativas irreales sobre los resultados de los procedimientos estéticos, al sentir frustración con el resultado, la persona continuará buscando más procedimientos. Un cirujano plástico certificado, muchas veces, suele rechazar intervenir al paciente al detectar un trastorno de esta naturaleza, desafortunadamente estos pacientes, al serles negado el procedimiento, acuden a cirujanos menos calificados, arriesgando sus vidas aún más. Algunas de las personas que han llevado la idea de ser una muñeca viviente hasta sus extremos y que gozan de cierta “fama” por ello son: Valeria Lukyanova, Angelica Kenova y Jessica Alves.

Con esta información, los padres tienen la responsabilidad de hacer conciencia sobre lo irreal e inalcanzable que es el cuerpo de Barbie. Además de promover otro tipo de juguetes que difundan una ideología más saludable. Con el tiempo, Mattel ha rediseñado sus muñecas para acercarlas un poco más a la realidad y a la inclusión, sin embargo, muchos de los estereotipos que existen en nuestra sociedad, hoy en día, respecto a los cuerpos humanos, son tan antiguos como la primera Barbie de 1959. 

 

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