El otro día, me vi atrapado en la incomoda situación de sentirme atraído por una muchachilla del gimnasio. Debo confesar que no es una situación que se me presente mucho. En primera, porque mi distraída personalidad no me permite prestar mucha atención al entorno; en segunda, porque me parece fatal la idea de ligar en un espacio como en el gimnasio, en donde las personas (la mayoría) van a concentrarse en trabajar su físico, su salud y su mente, sin esperar que alguien interrumpa para empezar una plática incomoda o conseguir un número telefónico.
Sin embargo, soy consciente de que la mayoría nos hemos encontrado en la determinante posición de sentirse atraído por alguien que de pronto se cruza por ahí. Y claro, no es ningún delito querer conocer mejor a alguien, pero el acoso si es un delito. Entonces ¿cómo intentar conquistar a alguien sin incomodarle con la pinta de acosador?
1. Contexto
Por supuesto que no es lo mismo intentar ligar en un salón de clases, en un gimnasio, en una cafetería, en un antro, o en un callejón a la madrugada. Para bien o para mal, el entorno habla mucho y puede ser clave para que una persona se sienta, cómoda, insegura o hasta con miedo. No pierdas de vista esto y antes que nada pregúntate qué tan bien juega el contexto a favor de que ambas partes se sientan cómodas.
2. El objetivo
Toda buena estrategia debe de tener bien estudiado a su objetivo. Pon atención a esa persona que te atrae, si está acompañada por alguien más, si está concentrada en algo en específico, cómo viste, su estado de ánimo, etcétera. Esto te dará ciertas pistas sobre cómo acercarte y si es viable intentar entablar una conversación o no.
3. Los detalles
Bien dicen que la magia está en los detalles y cuando se trata de ligar, los detalles lo pueden ser todo. Ya saben, cómo responde a las miradillas y sonrisas discretas, si hay algún tipo de “momento” en el que parezca que te presta cierta atención, qué tan cómoda está la persona si estás cerca, o incluso si cruzan alguna línea corta como un “buenos días” o un “qué tal”. Estas señales hablan mucho y pueden salvarte el pellejo de verte involucrado en una situación incomoda.
4. La seguridad
Mi amigo Gael siempre me suelta frases como “Vas goey, sin pena”, “Es sólo una niña, no pasa nada si no te pela”, “Estás galán, tú puedes”. Y debo admitir que, aunque sus balazos de ánimo sólo tengan un 50% de efectividad, pueden hacer una diferencia importante. Así que, si en ese momento no cuentas con el apoyo de alguna amistad o familiar, conviértete en tu propio Gael y date esa dosis de seguridad porque te aseguro que a nadie le gusta ser interrumpido en su quehacer y menos si es por alguien que transpira inseguridades y penas.
5. La pregunta
“Quizás la mejor forma de acercarse a alguien sin parecer intensa o intenso es plantear la pregunta desde el consentimiento” plantea Era, una amiga de hace años, que escuchó en redes mis dudas con respecto al tema. “No sé, hacer algo de platica, un poco de cotorreo y en determinado momento plantearle ‘oye no sé si te incomode pasarme tu número o tu Instagram’.”
Quizás no parezca tan grande la diferencia, pero probablemente el mencionar: “no sé si te incomode” o “te incomodaría si…” pueda suavizar bastante el golpe de la pregunta original, además de dejar en claro que lo que menos quieres es hacerle sentir algún tipo de acoso o incomodad.
Ahora, no crean que me las estoy dando de “gurú del amor”. Todo lo contrario. No podría haber llegado a estos 5 pasos sin pasar mis propias vergüenzas, y sin esas conversaciones con amistades y chelas por la madrugada. A fin de cuentas, el ligue, como todo tipo de relación social y personal, es un acto complejo. Pero si las intenciones son buenas y haces sentir eso a la persona indicada, puede llegar a escalar a mucho más. ¡Así que, a limpiarse el sudor de las manos, controlar las mariposas y aventarse a hablarle! (siempre desde el respeto y el consentimiento, claro).