Las relaciones de amistad son tan importantes como cualquier otra relación. Hay amistades con incluso mayor antigüedad que las relaciones de pareja.
Entonces si los amigos son tan importantes ¿por qué nunca hablamos de las rupturas de amistad?
El perder a un amigo, aunque sea doloroso, es parte de la vida. Una discusión, una pelea, una traición o simplemente la vida llevándonos por caminos distintos pueden ser las causas de una ruptura de amistad. Como en cualquier otra relación íntima, la amistad deja una marca de vivencias y recuerdos que cuando termina deja una sensación de vacío.
El proceso es equiparable a cualquier pérdida. Aunque nadie muere, sí está desapareciendo de tu vida por lo que no es extraño experimentar las etapas del duelo como negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Parte importante de este proceso es darse cuenta de que las rupturas de amistad son algo normal. La vida es un tren donde los pasajeros vienen y van, lo importante es disfrutar el viaje y aprender.
Y es que aunque no hay mal que dure cien años, la superación de una ruptura conlleva un compromiso personal. Con esto queremos decir darte tu espacio y respetar que la relación ha terminado. Cada quien vive el duelo de manera diferente. Sin embargo, es de gran importancia cuidar de ti mismo y evitar tomar decisiones que te pongan en peligro y/o situaciones complicadas.
Finalmente, el respeto hacia la otra parte es crucial. El perder un amigo no significa que hablemos de esa persona a sus espaldas, o que busquemos hacernos los buenos de la historia. Además de una falta de respeto a nuestro ex-amigo, es una falta de respeto a lo que alguna vez fue una bella relación de amistad.
Tranquilo, es normal y es parte de la vida. Lo importante es que si esa amistad fue importante para ti, dale el lugar y el tiempo que mereces para sanar.
