Definir, etiquetar o encasillar nuestra orientación sexual es algo muy complejo en la actualidad. La sexualidad es un campo que hoy en día disfruta de una inmensa libertad y diversidad de oportunidades, que nos permiten explorar y conocer quiénes somos en verdad y qué disfrutamos hacer.
El sexo es una de las prácticas más naturales y comunes del ser humano, por ello, no es de sorprenderse que de vez en cuando algún hombre heterosexual busque tener relaciones sexuales con hombres homosexuales buscando satisfacer alguna fantasía o curiosidad. Sin embargo, el que lleven a cabo estas experiencias, no significa precisamente que sean “gays de clóset”, sino que más bien son un subconjunto de individuos que no se definen queer y que están explorando su sexualidad.
Pero ¿a qué se debe esta exploración?
Bueno, estudios sugieren que el 10% de los hombres que dicen ser heterosexuales se entregan actividades con individuos del mismo sexo, buscando participar en juegos de rol, de fantasía y verbales, pues disfrutan de una experiencia sexual diferente a la que tienen con mujeres. Además de que los homosexuales suelen estar más dispuestos a este tipo de prácticas.
Sentirse asustado, confundido e intimidado por esta atracción es completamente normal, sobre todo cuando sientes que pones en juego tu masculinidad e imagen, pero, en ocasiones, estas relaciones eróticas solo demuestran la falta de afecto y cariño que varios hombres sufren y que no están acostumbrados a expresar.
La represión de sentimientos y el juicio hacia estos individuos se debe a la educación basada en ideas y comportamientos homofóbicos que, usualmente, se le imparte a los hombres, limitado así su sexualidad al creer antinaturales estos impulsos. A diferencia del sector femenino hetero donde suele ser una práctica más común y menos juzgada (su orientación) el involucrarse con alguien del mismo sexo.
Hay que entender que la expresión y la orientación sexual son dos conceptos completamente diferentes y por ello no necesitamos explicar o clasificar las prácticas sexuales que disfrutamos, siempre y cuando sean bajo consentimiento y cuidándonos.
Permitámonos disfrutar de nuestra sexualidad y dejemos de lado los prejuicios.