Con un camino recorrido en pandemia de poco más de un año, muchas cosas han cambiado, muchas han desaparecido y muchas otras se han mantenido, por ejemplo, los problemas. Hemos tenido que atravesar distintas situaciones que llegaron con ella o que, en la mayoría de los casos, se evidenciaron.
Yo soy una mujer de 25 años que se graduó de la carrera de producción musical en diciembre del 2019 con la meta de encontrar, como la mayoría, un buen empleo o el más decente posible. Sin embargo, al iniciar mi búsqueda, esta se vio frenada por un fenómeno que nadie esperaba y del que seguimos intentando recuperarnos.
En un panorama terrible, el mundo se me vino abajo porque la incertidumbre “normal” que ya venía cargando al iniciar mi búsqueda de trabajo como recién graduada y con poca experiencia se potencializó muchísimo más al tener que frenar porque, de alguna manera, el mundo también lo hizo. ¿Qué viene?, ¿cuánto tiempo durará esto?, ¿qué hago?
Diario había noticias de gente perdiendo su empleo, de negocios quebrando y cerrando porque ya no se podían mantener. Además, siendo hija de padres médicos, escuchaba todos los días sobre más muertes y hospitales saturados. Todo eso fue aumentando cada vez más, hasta que llegó un punto en el que decidí no ver más noticias. Probablemente, la histeria colectiva que vino con todo este evento me afectó mucho más de lo que creía, ya que entré en una etapa emocional muy profunda en la que me cuestioné todo lo que había hecho, o no, para que se me dificultara tanto el encontrar un empleo en estos tiempos.
El desempleo no es algo nuevo, siempre ha sido un problema social, pero en esta crisis que vino, afectó mucho más el bienestar de las personas, como mencioné anteriormente, la incertidumbre aumentada genera mucho caos en nuestra mente; pierdes el sentido de identidad y propósito, te sientes estancado, culpable, perdido, enojado… La palabra “inútil” venía mucho a mi mente, me cuestionaba si era suficiente, si lo que sabía era suficiente. El miedo te agobia y te sientes peor porque ves que no todos lo llevan de la misma manera que tú y te sientes la persona más fracasada del universo, pero no es así.
A mí me tomó más de medio año despejar la cabeza para poder empezar a salir de esa tormenta en el vaso de agua que yo misma creé. Ya no me juzgo (tanto), y espero que si estás o estuviste en esa misma situación, no lo hagas tampoco o estés trabajando en ello.
Primeramente pude obtener ayuda profesional, llevo ya un año en terapia psicológica y podría hablar sin parar de todas las problemáticas existenciales que surgieron al haber iniciado y las que han surgido durante este proceso, pero prefiero mencionar las que considero más importantes y que me han funcionado a mí en este ejercicio para poder actuar de manera más serena y objetiva.
- Acepta lo que sientes. La negación es algo por lo que todos hemos pasado en distintas situaciones, y no es mala, pero entre más rápido la podamos identificar, más rápido encontraremos una solución y podrás poner manos a la obra. Mi manera de negación fue decir el típico “me tomaré un año sabático y descansaré”. Algo que considero muy válido, pero alargué ese descanso de manera forzada, ya que en realidad era miedo a notar que en las entrevistas habría muchas negativas y rechazos por la pandemia, la competencia llena de méritos y experiencia que probablemente yo no tendría y la crisis económica de la que se hablaba en todos lados.
- No eres el único que está pasando por esto. Increíble y tristemente, esto es algo que le está pasando a muchas personas. Es una situación inesperada que vamos descifrando poco a poco. Algo que me ayudó mucho a mí fue escuchar a otras personas pasando por situaciones similares a las mías, haciéndome sentir acompañada y con más confianza de empezar con lo que sabía y tenía.
- No te compares. Tú eres tú y tu camino es uno distinto al de todos los demás. Es muy fácil voltear a ver a nuestro alrededor y notar que otras personas están en un momento de sus vidas en el cual tú quisieras estar también. Empiezas a compararte y a demeritar lo mucho o poco que sepas y eso no nos ayuda en gran cosa si lo vemos de esa manera. Compararse puede ser de gran ayuda si logras canalizarlo de la manera correcta y útil para ti. Inspírate en esas personas que admiras, ¿qué hacen diferente a ti y cómo puedes tú llevarlo a cabo a tu manera en tu vida?
- Pide ayuda. Algo que me costó mucho trabajo fue aceptar que no podía sola con todo lo que me pasaba y con lo que quería hacer. Tenía muchos planes, pero todos llegaban a lo fantasioso y cada que iniciaba se volvía algo imposible de lograr en el tiempo que yo quería, me desanimaba y me encerraba en la cueva del miedo una vez más, hasta que me decidí a pedir ayuda y pude aprender, poco a poco, a planear de manera más objetiva y real mis objetivos, sin hacer del tiempo mi peor enemigo. Puedes acudir con reclutadores, psicólogos o personas profesionales que te orienten para que puedas sentir confianza de los pasos que des.
- Trabaja tus puntos fuertes. Contrario a lo que puedas pensar de ti mismo en el momento, tienes fortalezas y debilidades como cualquier persona y eso puedes trabajarlo en este tiempo. No tienes que tener la sensación de “perder el tiempo” si lo estás invirtiendo en ti, si tienes esa posibilidad. Ábrete a las diferentes opciones, mejora habilidades, mejora físicamente, aprende algo nuevo, por ocio o por querer mejorar tu CV. Todo es bueno aunque no lo creas al inicio.
- Practica la resiliencia. Hay cosas que no podemos controlar como quisiéramos, una pandemia está fuera de nuestro alcance, y es fundamental desarrollar el poder de adaptación en estos tiempos de cambio. Está bien no tener la vida resuelta a los 25 como pensábamos, al final, para cualquier cosa que queramos obtener, deberemos trabajar por ella, y no es de un día para otro en todas las ocasiones, pero tampoco es imposible. No siempre podemos controlar a cada situación que nos pasa, pero sí podemos controlar cómo respondemos a ellas.
Al final, estamos atravesando un panorama muy distinto al que nos pintábamos del desempleo. No está mal sentirse mal por ello y no saber con certeza qué va a pasar, eso no te hace menos capaz. Los planes tal vez no han salido como te gustaría, pero la paciencia contigo mismo es indispensable en estos momentos para que poco a poco avances a esa meta que quieras lograr.