Como cada año, el 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, una fecha instituida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo principal de informar y sensibilizar a todas las personas sobre la necesidad de fomentar buenos hábitos para prevenir y tratar tanto el sobrepeso como la obesidad, que en México, de acuerdo con proyecciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), son factores que reducirán la esperanza de vida en más de cuatro años.
Las cifras de sobrepeso, de acuerdo a datos de la OMS, indican que el 57% de la población mundial vive en países donde la obesidad causa más muertes que la insuficiencia ponderal o malnutrición, derivado principalmente de malos hábitos alimenticios, además de una falta o nula actividad física en la mayoría de los casos, lo que da pie a poner el tema sobre la mesa y hablar claro ante una problemática que está costando muchas vidas a nivel mundial.
La obesidad es mucho más de lo que puede observarse de forma superficial, es una enfermedad que tiene orígenes diversos en cada persona, tales como la biología, el riesgo genético, el medio ambiente, el acceso a servicios médicos y por supuesto, la salud mental, entre otros, siendo éste último punto algo que también debe de considerarse con mucha importancia, dado que además de las afecciones físicas y de riesgo que esta problemática desencadena, existen otros factores que de igual forma perjudican a quien la padece, como la “gordofobia”, discriminación, bullying e incluso, trastornos como la depresión.
Actualmente, en el mundo existen alrededor de mil millones de personas que tienen obesidad, mientras que en México, el 75% de los adultos y el 35.6% de los niños se ven afectados por esta cuestión, lo que lamentablemente nos ubica como el primer lugar a escala global en obesidad infantil y el segundo en personas adultas por debajo de Estados Unidos.
Ante esa premisa,es importante poner en marcha cambios de hábitos que permitan prevenir esta enfermedad, ya que de continuar así, se estima que para el año 2035, casi dos mil millones de personas alrededor del mundo vivirán con obesidad, afectando también a cerca de 400 millones de niños, lo que se traduce en un aumento de más del 60% entre 2020 y 2035.
A pesar de que han existido iniciativas en favor de un consumo más responsable de alimentos, como lo fue el etiquetado frontal que advierte a cada persona sobre el contenido de nutrimentos críticos e ingredientes que puedan representar un riesgo a la salud, aún hace falta trabajo por hacer, sobre todo, en la educación alimentaria y la consciencia preventiva en general.
Afortunadamente, ante esta problemática nunca es tarde para iniciar un nuevo estilo de vida más saludable que incluya mejores hábitos. El primer paso es decidirte, asumir las responsabilidades y la disciplina necesaria para conseguir el mejor progreso; aunque sabemos existen casos en los que adicionalmente se requiere de tratamiento médico. El sostener hábitos saludables, además de reducir los riesgos que la obesidad implica, también mejorará tu salud y bienestar en general.
Para muchos, entrenar en el gimnasio no es una opción que les motive, sin embargo la idea principal es mantener el cuerpo en movimiento y qué mejor que haciendo algo que te apasione, de esta manera será una actividad física más efectiva y que podrás sostener por un determinado periodo de tiempo, permitiéndote ejercitarte y disfrutar a la vez. Ya sea bailar, salir en bicicleta, practicar natación, crossfit o cualquier otra actividad que consideres ideal para ti, procura ser constante y terminar la rutina que te hayas propuesto desde un inicio, fija metas progresivas, ya sea de fuerza, resistencia, skills, etcétera.
Aunque el deporte constituye una base importante para combatir la obesidad y todos los riesgos que derivan de ella, lo que es imprescindible es una buena alimentación, buenos hábitos de sueño y sí, también un trabajo constante en nuestra salud mental, sobre todo, si existen trastornos de ansiedad o depresión, mismos que tienen en muchos casos una correlación con el sobrepeso.
Adicionalmente, puedes agregar algún suplemento alimenticio a tu dieta, ya sea para entrenar o complementar los nutrientes que tu cuerpo necesita; una opción recomendable para ambos casos son los productos de Oxomio, como el caso de “Mynus”, un suplemento que se volverá tu mejor aliado, gracias a su fórmula con ingredientes que reducen gradualmente los antojos, promueve la saciedad y disminuye la absorción de carbohidratos, la mejor opción para iniciar sin perder el enfoque y conseguir resultados en menos tiempo.
Si ya te pusiste manos a la obra y te encuentras encaminado hacia tus objetivos, una alternativa perfecta de Oxomio es el set “Fitness Essentials”, diseñado para mejorar los entrenamientos y promover la pérdida de peso. Está compuesto por tres productos: “Myus (con extracto de Frijol Blanco y 5-HTP que actúa en el cerebro y sistema nervioso central aumentando la producción de serotonina), “CLA” que incluye Ácido Linoéico Conjugado, que se incluye entre los ácidos grasos que representan la principal fuente energética, ya que su aporte calórico duplica el de las proteínas y el de los hidratos de carbono. El último componente del set es “Dynam”, un suplemento pre-work con sabor piña que te será bastante útil para mejorar tu resistencia y apoyar la masa muscular magra.
Puedes valerte de muchas opciones que te apoyen a conseguir tus objetivos, procura que sean de origen natural y siempre con el aval de un médico o un experto