Cuando hablamos de placer, el sexo se convierte en un acto de múltiples posibilidades, pero al mismo tiempo en un tema tabú al hablar de ciertas prácticas.
El sexo anal, aunque te sorprenda, es una de las prácticas sexuales más convencionales entre parejas homosexuales y heterosexuales, debido a que es una práctica sumamente placentera para los hombres. Sin embargo, aun esta estigmatizada bajo ideas machistas que la descalifican, cuando la realidad es que puede convertirse en tu nueva estimulación favorita.
Conocido como el punto G masculino, esta fuente de placer se alcanza a través de la penetración rectal, ya que, esa pequeña protuberancia, se encuentra al interior del recto, en dirección al pubis. La estimulación la puedes realizar con el pene, un dedo, un dildo o cualquier juguete sexual de tu elección.
Los sexólogos afirman que la mayoría de hombres que practican sexo anal tienen una experiencia más placentera durante el sexo. Pero, son pocos los hombres heterosexuales dispuestos a experimentarlo, por medio a tener alguna confusión con su orientación sexual.
Recordemos que el sexo debe ser un espacio libre de prejuicios y una práctica en compañía de alguien de confianza, para permitirnos experimentar y descubrir estas nuevas posiciones y zonas placenteras. Por ello, existen muchas campañas sobre sexualidad que buscan erradicar la desinformación sobre el sexo anal y promover su correcta práctica. Si estas interesado en intentarlo aquí te dejo un par de recomendaciones para principiantes.
- Higiene: Recuerda que, al tratarse del recto, es necesario limpiar correctamente el área con agua caliente y jabón neutro. Después, seca con una toalla personal y evita utilizar papel higiénico muy perfumeado.
- Disposición y consentimiento: La clave para disfrutar del sexo anal es estar 100% seguro y dispuesto, tanto tu como tu pareja, y para ello es necesario premeditarlo y platicarlo entre ambos.
- Uso de lubricantes: El recto a diferencia del pene y la vagina, no cuenta con lubricación natural, por lo que es necesario el uso de un lubricante para impedir fisuras o desgarros.
Ahora bien, la estimulación de tu punto G también la puedes hacer de manera solitaria e incluirla en tus momentos masturbatorios, proporcionándote mayor placer. Si aun tienes dudas y cierta incertidumbre sobre el tema, te recomendamos acercarte a tu sexólogo de confianza. Además, recuerda que el probar es solo para descubrir si te gusta o no, pues en base a esa primera experiencia, decidirás si quieres continuar practicando sexo anal.