Durante las últimas dos décadas la industria de muñecas con fines sexuales se ha mantenido en auge, aunque parezca extraordinario, ampliando su espectro a las nuevas demandas del mercado y a las exigencias que ha traído el mundo del internet, siendo Instagram la plataforma en donde han estado ganando terreno poco a poco.
El estilo de vida que se muestra en Instagram actualmente ha hecho que los estándares de belleza sean poco realistas y por ello encontramos una constante búsqueda de la “perfección” de parte de los usuarios, entre ellos también las sexdolls, quienes, operadas por sus dueños, protagonizan cuentas en las que se les observa posando en imágenes de la “vida” cotidiana, humanizando su identidad.
Y justo los propietarios de estas muñecas son quienes se han encargado de que el aspecto de estas, incluyendo maquillaje, la ropa que utiliza, accesorios, y claro está, su rostro y su cuerpo, tenga un aspecto que además de verse real vaya acorde a lo que se considera deseable y atractivo hoy en día, muy cercano a lo que podría ser una influencer.
Sin duda el trabajo de las personas que están detrás de ellas a fin de mantenerlas en tendencia es de reconocerse, ya que es obvio que al no ser humanas, el crear toda una plataforma alrededor de ellas significa crear múltiples guiones, ser directores creativos, stylist, maquilladores, fotógrafos, escenógrafos, literalmente hacer toda una producción por cada post, eso sin contar que estas muñecas pesan más de 30 kilogramos.
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Al igual que las trabajadoras sexuales que ofrecen servicios de forma virtual, existen propietarios de muñecas que comparten contenido exclusivo para suscriptores de Onlyfans que permiten que las conozcan más íntimamente, sin embargo, la respuesta de los usuarios ha sido un tanto desalentadora, ya que no hay un mercado para muñecas en la plataforma y el contenido soft que pueden ofrecer.
Actualmente este tipo de contenido aún no ha podido explotar monetariamente, tanto así que un creador de contenido compartió que las ganancias obtenidas por su muñeca sólo había sido de 25 dólares durante un año, lo que más allá de desalentarlo ha sido un aliciente para continuar creando.
Es impresionante como incluso dentro de esta área las redes sociales han influido tanto haciendo que los creadores construyan escenarios que parecen perfectos y poco apegados a la realidad, perpetuando los estándares que vemos día a día en todas las plataformas, induciendo a los usuarios a creer que deben alcanzar esto que se ha impuesto a fin de ser vistos.
