Este reconocido y muy utilizado accesorio, desde hace algunos años, ha resultado ser un elemento considerado para otorgar mayor placer sexual, lo cual ha puesto sobre la mesa: ¿hasta que punto llegarías para tener relaciones sexuales placenteras? Si eres de las personas a las que les gusta probar cosas nuevas, seguramente las perlas en el pene pueden ser una opción interesante de adoptar.
Esta relativa “nueva tendencia” tiene su origen en prácticas ancestrales de los marinos e incluso, adoptada por los Yakuza, quienes llevan realizando estas intervenciones desde hace ya varias generaciones con la finalidad de dar más placer en el acto sexual a su pareja. Este procedimiento consiste en insertar quirúrgicamente perlas o algún objeto similar en el pene, a fin de lograr una mejor estimulación al momento de la penetración, ya que se presume, aumenta las sensaciones y se dice, puede ayudar a llegar orgasmo con mayor facilidad.
Para lograr introducir las perlas es necesario realizar pequeñas incisiones en la superficie del pene, donde posteriormente serán colocadas las cuentas, logrando así una modificación a modo de ‘texturizado’ sin que los cambios sean demasiado drásticos. Anteriormente eran utilizadas perlas, pero ahora, se han diversificado los materiales, por lo que se pueden utilizar implantes de silicón, nylon, teflón, titanio, hasta acero inoxidable; todos materiales que no causan infecciones y pueden estar en el cuerpo durante mucho tiempo sin necesidad de reemplazarlos.
Algunas personas que se han sometido al procedimiento, indican que a pesar de ser incisiones no profundas, el desarrollo y la recuperación son dolorosas, debido a que la zona es muy sensible. Además, para que las heridas cicatricen, normalmente no se realiza sutura sino se coloca cinta cutánea que se cae con el paso del día y afortunadamente,, es resistente al agua.
Debido a que esta práctica requiere de un periodo de cicatrización lenta, existen algunos riesgos, pues existe la posibilidad de generar algunas infecciones; recuerda que al implantarse un objeto extraño en el cuerpo, puede producirse una inflamación con tendencia a ser severa, complicando la etapa de cicatrizadoy provocando, en algunos casos: sangrados, pérdida de sensibilidad e incluso, disfunción eréctil, por lo que la recomendación de los médicos es no tomar todos estos riesgos.
Adicionalmente a los riegos de esta intervención, se encuentra el hecho de que no podrás probar los efectos de estas nuevas adiciones a tu miembro hasta después de 3 o 4 semanas, que es lo recomendado por los especialistas para una recuperación completa que te permita volver a tener relaciones sexuales con seguridad. En caso de no respetar este periodo de recuperación, puede haber complicaciones como las que tuvo Babo, vocalista del Cartel de Santa, quien tuvo un desplazamiento en una de las cuentas. Por este motivo y para evitar tener que someterte nuevamente al procedimiento para recolocar o retirar los implantes ya colocados, es importante darle tiempo al cuerpo de sanar por completo.
Sin embargo, a pesar de lo riesgos que implica, esta técnica es sumamente popular en Cuba, Filipinas, Rio de Janeiro, entre algunas otras ciudades, donde además de colocar perlas, también existe la implantaciòn de ribs o “costillas”, cuentas alargadas distribuidas en las diferentes zonas del pene para estimular el punto G. La zona en donde se recomiendan colocarlo, tal como señalan los terapeutas sexuales, es la base del pene, de esta manera, se logrará realmente una mejor estimulación para conseguir el orgasmo deseado. No obstante, por lo complicado e incómodo que puede ser colocarlo en esta zona, normalmente no se realiza.
Así que ¿hasta dónde estarías dispuesto a llegar para tener el máximo placer durante el sexo?, el perling sin duda, puede ser una opción para ti, si es que decides tomar todos los riesgos en la búsqueda de la máxima satisfacción a la hora del sexo.