¿A quién no le gustan los chicos malos? Por ahí dicen que a todos nos gusta la mala vida, pero si tu corazón no aguanta otra decepción, seguro estarás pensando en darle una oportunidad a ese chico que se preocupa por tus sentimientos, de gustos profundos y que le caería bien a tus padres. Déjame bajarte de la nube, este chico, muy probablemente es una red flag andante.
Un softboy se define como un chico que físicamente se aleja de los cánones masculinos clásicos: usa ropa más colorida, cabello lindo, uñas pintadas, accesorios normalmente reconocidos como “femeninos”. Incluso, se cree que este estilo se ha hecho popular gracias al éxito que ha tenido el kpop dentro de la cultura occidental. Así, los softboys se han vuelto populares gracias a diversos personajes en series y películas, también a ciertos famosos como Timothée Chalamet, Cole Sprouse o Harry Styles que nos han hecho fantasear con que podrían ser el novio ideal.
En realidad, los softboys se diferencian de los fuckboys por usar una fachada de blanca paloma para que caigas en su trampa y pasar desapercibido como un maestro de la manipulación. Al final, cuando quieras hablarle de compromiso, él saldrá huyendo. Si bien, no necesariamente todos los que encajen en el estereotipo son malos, la verdad es que abundan las víctimas de estos “niños bonitos” en la actualidad. Acá te dejamos una lista de red flags a las que deberías estar atente para evitar ser une de elles:
Él es diferente a los demás: Siempre se encargará de hacerte saber que él vale más que el resto. Sus gustos son profundos, fuera de lo mainstream. Te hablará sobre temas filosóficos, sobre el arte, quizá lleve consigo una tote bag de MUBI, ojo ahí. Esta vibra alternativa, intelectual y bohemia te hará creer que es un chico interesante, conocedor, profundo. Te mantendrá cautivade.
Máscara de sensibilidad: Te hará sentir escuchade y no le dará pena hablar sobre sentimientos; te endulzará el oído y te hará sentir segure a su lado. Sin embargo, una vez que hayas mordido el anzuelo y empieces a tener sentimientos por él, el sujeto no podrá comprometerse a seguir en una relación formal, siendo para ellos el ghosting y el gaslighting una técnica más que dominada. A diferencia de un fuckboy, cuyas intenciones son más obvias, un softboy es “gato por liebre” y te mandará directo a terapia después de haber pasado por su cama un par de veces. Existen casos en que el softboy llegue a ser más que un one-night stand, incluso puede ser tu novio, esto solo hará las cosas más problemáticas cuando en la relación comience el chantaje emocional y su papel de víctima.
Excusas sin sentido para terminar la relación: Mientras tú intentes llegar al fondo del asunto, él solo esquivará los problemas con frases pseudo filosóficas que no van a ningún lado o tal vez aplicará la vieja confiable de que “Él no es lo suficientemente bueno para ti”. Si eres fuerte como para ponerle un “hasta aquí”, él será el primero en ver y reaccionar a tus historias de Instagram.
Partidario del feminismo: Uno de sus mayores ganchos y que andará gritando a los cuatro vientos, pero piénsalo, quizá esta necesidad de que lo reconozcan por ello, puede ser solo una forma de compensar sus malas acciones. Declararse como un aliado será una de sus estrategias más peligrosas aunque probablemente su conocimiento sobre el tema no vaya más allá de “Free The Nipple”, seguido de un montón de mansplaining.
Si estás metido en el mundo de las citas, es inevitable no toparse con uno de estos. La clave está en poderlos identificar pronto y no dedicarles ni un segundo más de tu tiempo, ni una pizca más de tu energía. Sabemos que es complicado resistirse a personajes que parecen tan sofisticados, pero recordemos que todo es un disfraz. No obstante, no por el hecho de que podamos caer en algunos baches, significa que nos retiraremos del camino. Siempre habrá buenas y malas experiencias, no será la última vez que nos rompan el corazón ni la última vez que sintamos mariposas.
Amar es de las oportunidades más bonitas que nos da la vida y cuando empezamos a establecer un vínculo emocional con alguien, es realmente una oportunidad para conocernos a nosotros mismos. No está mal bajar la guardia de vez en cuando por un par de ojos coquetos, pero también es importante reconocer cuando alguien no es merecedor ni de verse reflejado en los nuestros.
