En 1992, Madonna ganó el apodo de la “reina de lo obsceno”, por la publicación de Sex, aquel libro tan polémico de tapas plateadas y empacado tal como si fuera un condón. Con este table book que vendió 26 millones de dólares, la cantante reafirmó el mensaje de su álbum Erótica, el cual salió a la luz un día antes, además de todo lo que había querido transmitir desde su debut en 1979.
En el momento en el que se hizo el lanzamiento de Sex, la reina del pop hizo una declaración que hasta el día de hoy resuena con la misma fuerza que en aquel momento; “De alguna manera me veo como un revolucionario en este momento. Creo que abrirá la mente de algunas personas para el bien y eso es suficiente, en lo que a mí respecta”. Así, la cantante ya manifestaba estar consciente sobre la apertura que generaría en la mentalidad de muchas personas con esta publicación.
Y realmente es parte de lo que Madonna ha dejado luego de muchos años de carrera, pues sin duda, la estrella abrió camino, no solo dentro de la escena musical, sino también se convirtió en un referente de la revolución sexual desde sus inicios dentro de la escena pública. Y con este incendiario lanzamiento que incluía imágenes consideradas como soft porn, de la mano de Naomi Campbell, Isabella Rosselini, Vanilla Ice, Daniel de la Falaise y el actor Udo Kier, fotografiados por Steven Meisel, Madonna le abrió la puerta al sexo para que fuera parte de la conversación pública.
Respecto a esta publicación, la ícono pop hizo mención de que el libro, “en realidad se trata de amor, así como de la capacidad de reconocer y aceptar las distintas afinidades de cada persona, supongo que esa es una forma de verlo. Pero en última instancia, quiero decir, el sexo es la metáfora que uso, pero para mí, en realidad se trata de amor. Se trata de tolerancia, aceptación y decir: Mira, todo el mundo tiene diferentes necesidades y deseos y preferencias y deseos y fantasías. Y no deberíamos condenar a alguien o juzgar a alguien porque es diferente al tuyo“.
En la conversación que Madonna tuvo con Newsweek después del lanzamiento, la cantante expresó las ideas bases de lo que aborda el libro, explicando lo que para ella definía al erotismo de acuerdo con la forma que tiene cada persona para relacionarse con su propio cuerpo, sus gustos y sus fantasías, abriendo con este discurso, un paso hacia la inclusión y la diversidad, partiendo de la libre manifestación de la sexualidad.
A lo largo de las 128 páginas de este material, del cual se vendieron más de un millón 500 mil ejemplares, se configuró una ola de empoderamiento femenino convertido también en una oportunidad para que las mujeres y personas que pertenecen a la comunidad LGBTQ+ pudieran hablar abiertamente de su propia sexualidad, lo cual, como sabemos, estuvo mayormente estigmatizado hace unos años y que hoy en día se puede abordar con mayor apertura y sin prejuicios, explorando el sexo enfocado a la satisfacción y al placer.
Desde entonces, Madonna rompió con el estereotipo del sexo forzosamente relacionado con el amor. Por esta razón, dentro de este libro, podemos observar imágenes enfocadas solo al placer, lo que permitió que dentro de la música, pudieramos ver elementos que solo se pensaban dentro del ambito sexual, tales como el uso de latex, como el caso de Britney Spears en el video de “Tóxic”; además de otro tipo de aditamentos como arneses, tal como los utilizados en las presentaciones y videos de Lady Gaga, materiales de piel, como los que utilizó en su momento Cristina Aguilera.
La reina del pop no solo abrió paso a la conversación dentro del mundo de la música, pues después de esta polémica publicación, pudimos ver cada vez más y de forma más directa, al sexo y el placer de manera explícita dentro del mundo del arte, de la moda y también, en el día a día, el uso de elementos del bondage (arneses), el sadomasoquismo, dominación, en relaciones heterosexuales, homosexuales, en tríos, con uso de juguetes sexuales, hierofilia, otras filias y fetiches dentro del sexo, elementos dedicados específicamente al placer.
Ahora, 30 años después de su publicación original, se alistó una reedición de 800 libros de Sex de la mano de Saint Laurent, además de una exposición en Art Basel dentro del pabellón South Beach de Miami, sumado al tiraje de algunos ejemplares con la firma de Madonna; una producción limitada que destinará todo lo recaudado a la fundación Raising Malawi y que sin duda, revive la controversia e irreverencia de la reina del pop ante las imposiciones morales de la sociedad sobre el sexo, invitando a todos a disfrutar de su sexualidad de manera libre y plenamente consciente en el ejercicio de sus preferencias.