En esta historia: Fotografía: Daniel Jáuregui. Maquillaje y Pelo: Jessica Díaz. Estilismo: Daniel Vásquez.
La libertad de expresión recorre el siglo XXI y los tatuajes forman parte de su materialización. Éstos, hoy, se convierten en un statement consolidado en la cultura del país que comunican el arte de quien lo hace y la personalidad del que lo porta. En la actualidad, México se ha convertido en uno de los principales exponentes de esta industria.
Si algo nos han enseñado las redes sociales en un año tan caótico como el 2020, es que los tatuajes forman parte de nosotros. Esta práctica data del neolítico y su recorrido ha sido símbolo de seguridad, confrontación e identidad. En un México Prehispánico se trató de una actividad usual entre culturas como la maya.
En el siglo pasado portar un tatuaje formaba parte de un tabú, es decir, de una prohibición asociada a prejuicios que principalmente eran de carácter social, inclusive, en el ámbito laboral se convertía en una práctica que influía en la selección de un candidato. Sin embargo, nada es lineal y sabemos que gracias a una apertura ideológica estos muros han desaparecido y hoy millones de mexicanos los utilizan.
Las grabaciones en el cuerpo, más allá de revelar aspectos personales de quienes las ostentan, se han convertido en una actividad artística que recorre de norte a sur el país. Su popularidad ha sido tan extensa que los estilos cada vez encuentran nuevas formas de diversificarse.
Anteriormente estábamos acostumbrados a ver técnicas similares de dibujo tradicional pero hoy encontramos estilos que van desde grabaciones realistas hasta un trabajo definido por puntos. De hecho, uno de los más populares del momento tiene que ver con este último estilo mencionado, en donde a través de diminutos puntos se crean formas (inclusive sombras) una técnica tan detallada que dice mucho sobre la capacidad artística de quien lo imprime.
En la última década las figuras pequeñas han tenido un auge exponencial como los triángulos, las líneas y los números romanos. No obstante, algunos estilos siempre estarán presentes, uno de ellos es el tribal (un estilo popularizado a finales del siglo pasado e inicios del 2000) A pesar de no ser un tatuaje actual, este tipo de estilo se sigue utilizando. Originalmente su significado expresaba una inclinación religiosa, un símbolo de logros personales y también era una forma de diferenciarse entre tribus.
Lo mejor de los tatuajes es que son atemporales y aunque cada técnica pueda llegar a tener un significado, al final la elección de éste es especial por el simple hecho de ser personal y así, siempre tendrán una historia diferente para contar.