Team Calor vs Team Frío es sin duda, un debate popular que vive presente en las redes sociales y el Internet. Y si aún no sabes que es, esto simplemente refiere a expresar tu gusto por las altas o bajas temperaturas.
Así, los militantes del Team Frío defienden su preferencia debido al confort que suelen traer consigo las bajas temperaturas, mismas que de ser extremas, son reconfortables cubriéndose con un buen abrigo o frazada. Cuántas veces no hemos escuchado decir ” El frío se quita tapándonos, mientras que el calor, ni desnudándonos”.
Por otro lado, los Team Calor usan como argumento el disfrute de este clima en comparación con el que habita en los paraísos como las playas o incluso los desiertos, encontrando así, en las altas temperaturas, el momento adecuado para refrescarse con una buena bebida o dentro del agua.
Así, pareciera que la Tierra, en esta temporada, ha sido favorecedora para este último team, pues ha demostrado ser una de las más calurosas, no sólo en la CDMX, sino en todo el mundo. Basta con ver los titulares recientes sobre las olas de calor en Francia y España, que han causado incendios forestales y cobrado más de 500 vidas.
Ante este panorama, los amantes del clima caliente deberían preguntarse: ¿Qué tan bueno es ser Team Calor?
Pareciera ser claro, que los Team Calor disfrutan de un día en la playa, unos tragos y de un bronceado bajo la luz del Sol. Pero es preciso reconocer, que esta preferencia por el clima cálido, es gozada a través de un lente de privilegio, pues estas condiciones climáticas extraordinarias están afectando la vida de las personas más vulnerables, siendo el calentamiento global el mayor culpable.
Es aquí, donde entra un concepto que los activistas llaman “justicia climática”. Esta reconoce el cambio climático como un concepto no sólo medioambiental, sino también económico y en donde por supuesto hay desigualdad. Los continuos y crecientes síntomas del cambio climático (incendios, olas de calor, la escasez de agua y la desaparición de ecosistemas) tienen efectos distintos para los diferentes segmentos de la población. Estos pudieran afectar su modo de vida, actividad económica y sobre todo, su salud.
Para complicar aún más las cosas, estos efectos no son proporcionales a las acciones de las personas. Es más, quienes contribuimos al deterioro del medio ambiente, somos quienes tienen mayores probabilidades de sobreponerse a las condiciones (por ahora), dejando a la deriva a las poblaciones más vulnerables. Así, no debemos creer que nuestro privilegio nos salva, pues a este paso, es sólo cuestión de tiempo para sentir sus efectos.
De este modo, ser Team Calor es una preferencia respetable, lo que no implica ser inconsciente de una realidad que puede ser irreversible. Es momento de tomar acción para cambiar.
