Una relación romántica neurodivergente es aquella en la que al menos, uno o más de los individuos que la componen son neurodivergentes, ¿qué quiere decir esto? Primero, es necesario explicar que la especie humana es sumamente diversa y esta diversidad también comprende el desarrollo neurológico. Así, la neurodivergencia se refiere a una persona que tiene una alteración en su neurodesarrollo. Se estima que entre el 15% y el 20% de las personas son neurodivergentes. Este término se emplea usualmente para referirse a personas con autismo, TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) y síndrome de Tourette, pero también se aplica a personas con dislexia, dificultades de procesamiento sensorial, dispraxia, discalculia, sinestesia, trastorno obsesivo compulsivo y otras variaciones comunes del cerebro. Cabe recalcar, que referirse a aquellas que tuvieron un desarrollo neurológico dentro de lo estadísticamente habitual como “personas normales” y a aquellas que son neurodivergentes como “personas con trastornos”, resulta incorrecto.
Cuando existe una relación romántica entre una persona neurodivergente y una persona neurotípica, el problema que se presenta con mayor frecuencia es la dificultad para entender cómo la pareja procesa la información, puesto que una persona neurodivergente y una neurotípica lo hacen de manera distinta.
En cualquier relación neurotípica, cuando existe un conflicto, es muy común llegar a conclusiones sobre qué fue lo ocurrido o qué es lo que la otra persona está pensando y/o sintiendo; cuando existe un conflicto en una relación neurodivergente es muy probable llegar a malentendidos, dado a que la interpretación por ambas partes, respecto al sentir del otro, será probablemente errónea, llevándo al sentimiento de incomprensión por parte del otro. El individuo neurotípico normalmente siente que la pareja neurodivergente no le está dando la debida importancia o que no se está esforzando lo suficiente, mientras que el individuo neurodivergente suele sentir que su pareja no le tiene paciencia o que es difícil de complacer.
Cuando existe algún conflicto, la persona neurodivergente puede sentir que tiene que dar explicaciones constantemente, surgiendo así la hipervigilancia, la culpa y la vergüenza. La falta de comunicación, además de no resolver los problemas, puede llevar a la pareja a un punto en donde ambos se pongan inmediatamente a la defensiva cuando ocurre una situación de este tipo. Otra situación que suele darse, es que la persona neurotípica puede percibir como crítica algún comentario hecho por su pareja neurodivergente, así como esta última puede percibir como rechazo cuando su pareja neurotípica le pide espacio.
Las personas neurodivergentes pueden tener dificultades para monitorear y manejar ciertos pensamientos, emociones y conductas, algunas de ellas pueden ser: dificultad para controlar la impulsividad, dificultad para captar claves no verbales, DSR (disforia sensible al rechazo), sentirse abrumado sensorial y emocionalmente, hiperfijación por ciertos temas y poca tolerancia a la frustración.
Si bien, muchas parejas neurodivergentes pueden terminar debido a la dificultad que implica entenderse el uno al otro, recordemos que mientras una relación no sea abusiva, no existe una manera “correcta” o “incorrecta” de ver las cosas. La clave está en abrazar las diferencias y establecer expectativas realistas sobre la relación. Este proceso puede estar acompañado por un especialista para que sea más eficaz.
Como ya se había hablado antes, la comunicación efectiva es uno de los grandes pilares, es importante hacerlo de forma clara, sobre todo, respecto a temas que pueden resultar en un conflicto. Para esto, se pueden emplear estrategias como: llamadas telefónicas con límite de tiempo, videollamadas o escribir cartas en vez de conversaciones cara a cara. Debemos ser empáticxs con la otra persona y estar dispuestos a hacer las cosas un tanto distintas.
Si tú eres una persona neurodivergente, es de gran ayuda que puedas reconocer aquellas situaciones que detonen tu sensibilidad, ya sea la luz, el contacto físico, el olor, el sabor a algo o cualquier sensación para que puedas comunicarlo a tu pareja. El que ambos tengan esto presente puede mejorar mucho para el desenvolvimiento en la intimidad. Estar cerca de mucha gente, ruidos, olores fuertes, algunas texturas, contacto visual, colores brillantes y recibir mucha información al mismo tiempo pueden ser formas en la que una persona neurodivergente puede sentirse sobreestimulado.
Para la persona neurotípica puede ser difícil comprender que su pareja procesa la información de manera distinta, que percibe el mundo diferente a como elle lo hace, por lo que es importante deshacerse de la expectativa en donde la persona neurodivergente piense, reaccione y se comporte como lo haría una persona neurotípica. Si sientes que tu relación no va por buen camino, quizá sea recomendable que acudan a terapia de pareja, el especialista les brindará información y herramientas que podrán poner en práctica.
