Si quieres la respuesta en corto. No, no conviene.
Y es que aunque suene como un plan perfecto, el sexo y el agua no se llevan bien.
Veamos primero el caso más sencillo; la regadera. Del baño al amor sólo hay un paso, uno que sin duda no es como lo pintan. Un componente clave para el sexo es la lubricación – ya sea natural o artificial. Sin ella el sexo se vuelve algo incómodo y nada placentero. En conclusión, el peor enemigo del lubricante es el agua, ya que ésta lo disipa volviendo al sexo una actividad de pura fricción y no del bueno.
Luego siguen las albercas. Si alguna vez has visto los videos de TikTok de la gente que limpia las albercas te has dado cuenta de la cantidad de químicos que hay. Con esto en mente, es lógico suponer que la actividad sexual en las albercas puede llevar a irritaciones y sensaciones poco divertidas.
Pasemos a otros cuerpos de agua. Lugares como lagos, ríos o el mar están llenos de bacterias. Y pues si con químicos de alberca es una actividad no recomendable, pues estos otros lugares son un rotundo “no”.
Por si esto no te convenció, también recuerda que un condón mojado aumenta las posibilidades de ruptura y por lo tanto el riesgo de ETS y de embarazo.
En conclusión, el agua y el sexo no se llevan. Sin embargo, puedes usarlo como el pre-game para pasar a lo bueno en otro lado.